viernes, 28 de febrero de 2014

VEHÍCULOS COMPLETAMENTE ELÉCTRICOS Y EFICIENTES

CÓMO CONSUMIR MENOS ENERGÍA
Una solución para el problema de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) es el vehículo eléctrico, que no genera ningún tipo de emisión. El motor de combustión interna es reemplazado por un motor eléctrico, que funciona con baterías recargables en vez de gasolina u otros combustibles. A largo plazo, el objetivo es obtener electricidad de una fuente de energía limpia, lo que permitiría que los vehículos eléctricos dejasen una huella de carbono menos notable.

Durante muchos años el mayor problema era y sigue siendo la tecnología de baterías. En este momento, los modelos actuales pueden recorrer únicamente de 80 km a 160 km antes de necesitar una recarga. Pero las automotrices consideran que los vehículos eléctricos son el futuro, eso sí: una vez que se resuelva el problema de las baterías.

HISTORIA DE LOS VEHÍCULOS ELÉCTRICOS

El primer automovil independiente que funcionaba con electricidad se construyó en la década de 1830 en Escocia. La fuente de energía de este vehículo no era recargable, y esto constituía un problema importante. Otros vehículos eléctricos llegaron a las rutas a lo largo del siglo XIX, pero el primer automóvil eléctrico real apareció en 1891, salido del taller de William Morrison, de Des Moines, Iowa. Para el año 1897, funcionaba una flota de taxis eléctricas en la ciudad de Nueva York. En 1900, el 28 % de todos los automóviles de los Estados Unidos funcionaban con electricidad. Sin embargo, poco después de ese auge de popularidad, el automóvil eléctrico entró en decadencia. Henry Ford introdujo el Modelo T con motor a combustión fabricado en serie, lo que hizo que los automóviles comenzaran a ser más accesibles para las masas. Para el año 1920, el automóvil eléctrico casi había desaparecido y había sido reemplazado por automóviles que podían recorrer mayores distancias y más rápidamente con más energía. La rápida disponibilidad de la gasolina contribuyó a la transición al motor de combustión interna.

La idea de un automóvil eléctrico para las masas resurgió en la década de 1960. Pero no se puso de moda hasta la década de 1970, cuando tomaron lugar ciertas preocupaciones acerca de la contaminación y los precios en aumento de la gasolina. El primer vehículo eléctrico fue el CitiCar de Vanguard-Sebring, que salió en 1974. Este pequeño vehículo podía ir a más de 48 km/h y recorrer aproximadamente 64 km con cada carga. Se fabricaron alrededor de 2.000. El CitiCar no era muy seguro, y en el año 1976 el fabricante dejó de construirlos.

Los vehículos eléctricos fueron probados para otros usos. El Servicio Postal de los Estados Unidos compró alrededor de 350 Jeeps eléctricos para repartir el correo en 1975. Estos vehículos podían recorrer hasta 64 km y tenían una velocidad máxima de 80 km/h. Cada vehículo requería 10 horas de tiempo de recarga. Éste parecía ser un buen uso para un vehículo eléctrico: distancias cortas para recorrer en un período limitado de tiempo. Sin embargo, el programa fue discontinuado.


En 1976, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una ley para incentivar el desarrollo de vehículos eléctricos e híbridos. El objetivo de la ley era, en parte, mejorar la tecnología de baterías. Sin embargo, los fabricantes no mostraron interés hasta 1988. Ese año, General Motors (GM) comenzó a aportar dinero para la investigación con vistas a la construcción de un automóvil eléctrico para el mercado de consumidores. Ese automóvil, denominado el EV1, se fabricó desde 1996 hasta 1999. El EV1 estuvo disponible para los consumidores de California para alquiler únicamente. Inicialmente, fue fabricado con una batería de ácido-plomo. En 1999, GM cambió a la batería de níquel metal hidruro (NiMH), que se recargaba mejor.


Thomas Edison's electric car

Thomas Edison trabajó durante muchos años en una batería que pudiera utilizarse para dar energía a un automóvil. Aunque su batería no tuvo éxito, él fue propietario de un automóvil eléctrico.





 CitiCar 
El CitiCar, que se fabricó de 1974 a 1977, funcionaba con electricidad generada por ocho baterías de ácido-plomo. La mayor parte de la carrocería de este vehículo liviano estaba hecha de plástico. Por lo tanto, el CitiCar no pudo cumplir con las exigentes normas de seguridad de finales de la década de 1970.

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